Queridos Hermanos:
Recibann paz, gozo, y alegría en sus corazones!
Demos gloria al Rey! Al Señor! A ése que dio su vida en una cruz, y que murió por ti y por mí, para que fuéramos salvados!
En esta santa cuaresma, nuestro Señor quiere que nos acerquemos a su bondad incomparable, y que transformemos nuestras vidas, para hacerlas de nuevo y edificadas en su amor!
Él nos invita que en estos cuarenta días, sean días de oración, de ayuno, de obras de misericordia, y que experimentemos SU PRESENCIA TRANSFORMADORA, desde los pies a la cabeza.
En este tiempo, Dios nos regala la oportunidad para pedir perdón y perdonar las ofensas que nos han hecho, es un tiempo propicio para reconciliarnos, y caminar juntos como comunidad, como movimiento, como familia al encuentro de la Celebración de la Pascua Cristiana.
Por eso, dejémonos mover por el Espíritu Santo... que el nos llevé a vivir con mayor intensidad este tiempo de Gracia, tiempo de perdón... ésta es una gran oportunidad para retomar nuestra identidad de cristianos... y vivir el amor misericordioso del Padre...
Pidamos a Mamá María que nos ayude a vivir con docilidad de espíritu, este tiempo maravilloso... y que nos permita salir de nuestro egoísmo... caminar hacia el desierto, para encontrar a Dios que viene en nuestro auxilio.
La Cuaresma es lugar de encuentro... y si lo vivimos con amor... será tiempo de celebración del amor de Dios en nosotros.
“Levanto mis ojos a los montes, y me pregunto de donde me vendrá el auxilio?” (salmo 121,1) Desde lo profundo de nuestro ser, estemos convencidos, que el auxilio siempre nos vendrá de Dios, confiemos en él, y estemos firmes en la Fe y esperanza de Jesucristo, “No temamos, el es nuestro aliento de vida y fortaleza de nuestra alma” “En Cristo todo lo podemos”
¡Animo! Y dejemos que Cristo salga victorioso, en nuestras vidas, proyectos personales, y pastorales… que el Espíritu Santo transforme, renueve, y movilice nuestro querido Movimiento, que solo desea estar a los pies de nuestro Señor Jesucristo.
Los exhorto para que abran su corazón a Dios, y renovemos nuestro compromiso con su Palabra de Vida y la extensión de su Reino. Amén!
A cristo sea la gloria!
Un gran abrazo, Alejandra Ivone Arispe (Coordinadora Diocesana)
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